Los plateros mapuches templaban al fuego pequeños crisoles de piedra üku.
Dentro echaban monedas de plata que se derretían con el calor.
Arreglaban dos cajoncitos con arena y otros ingredientes con los que moldeaban cuidadosamente las joyas que se proponían reproducir.
Arreglaban dos cajoncitos con arena y otros ingredientes con los que moldeaban cuidadosamente las joyas que se proponían reproducir.
Juntaban los dos cajones y, a través de una abertura, vertían la plata derretida.
Dejaban enfriar el conjunto, desmontaban los cajones y aparecía la plata cuajada con la forma deseada. Un toque general era necesario para pulir la joya.
Dejaban enfriar el conjunto, desmontaban los cajones y aparecía la plata cuajada con la forma deseada. Un toque general era necesario para pulir la joya.
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