Chile se caracteriza por poseer una gran diversidad geográfica y climática a lo largo del territorio. Es necesario conocer esta característica al momento de estudiar los distintos grupos aborígenes que habitaron en el país. Esta diversidad, favoreció el desarrollo de grupos humanos cuya supervivencia se aseguró en el grado de adaptabilidad alcanzada en el paisaje y el clima. Sin embargo, los de mayor desarrollo cultural fueron aquellos que recibieron directa influencia incaica (norte de Chile) y los que se establecieron en sociedades sustentadas en la agricultura y la ganadería, actividad fomentada por los fértiles valles centrales. A esta realidad responde la cultura mapuche.
Se sabe que antes de la ocupación europea, la población mapuche se extendía entre la actual ciudad de Copiapó y el archipiélago de ChiIoé; sin embargo, a la llegada de los españoles, la población se concentra principalmente entre los ríos Bío-Bío y Toltén, existiendo al sur del último y hasta Chiloé, una zona con clara influencia cultural mapuche.
La denominación mapuche (gente de la tierra) designa a un grupo cultural y étnicamente idéntico, sin embargo esta unidad, responde a un concepto cultural y no político. Aunque las costumbres, lengua y características étnicas se repiten, la organización social se caracteriza por estar constituida por diversos lof (grupos de parientes consanguíneos que vivían agrupados en comunidades que obedecían a un solo Ionko o cacique), independientes entre sí y constituidos por quince a veinte familias aproximadamente, que mantienen particularidades locales. Esta dispersión se explica por la fuerte creencia mapuche en que la muerte no ocurre por motivos naturales, sino que es consecuencia de maleficios procurados por enemigos del difunto. Al ocurrir la muerte, la machi, comunicándose con los espíritus, descubría la identidad del culpable de los maleficios, el que muchas veces cobraba forma de ave o animal, lo que explicaba su inubicabilidad humana. Esto causaba constantes y repetidos enfrentamientos entre los lof, pues rara vez el maleficio provenía de la misma tribu. Estos lof a la vez, se agrupaban en tres zonas geográficas paralelas conocidas como butal-mapu. Estos se extendían vertical e imaginariamente entre el Bío-Bío y el Toltén, ordenándose según la topografía circundante: la zona correspondiente a la Cordillera de los Andes y sus faldeos, inapire- mapu (país subandino); el territorio de los valles intermedios, Ielfun-mapu (país llano); y las tierras comprendidas entre la Cordillera de la Costa y el Océano Pacífico, Iafquen-mapu (país marítimo).
Además de los butal-mapu, los mapuches distinguieron los diversos grupos humanos existentes en el territorio según su ubicación geográfica, llamando a las tribus del norte pikunches (gente del norte) y a las del sur huilliches (gente del sur), denominaciones que diferenciaban a los habitantes de las zonas comprendidas entre Copiapó y el Bío-Bío, y entre el Bío-Bío y Chiloé respectivamente. Estudios antropológicos estiman que, aunque hubo originalmente otros grupos humanos en estas regiones, los mapuches lograron imponer su cultura, esto se comprueba por la unidad lingüística, entre otros aspectos, presente en pehuenches, changos y tehuelches, quienes tienen como lengua madre el mapudungun o a variaciones de la misma.
Paula Carvajal Améstica
Bibliografía:
Se sabe que antes de la ocupación europea, la población mapuche se extendía entre la actual ciudad de Copiapó y el archipiélago de ChiIoé; sin embargo, a la llegada de los españoles, la población se concentra principalmente entre los ríos Bío-Bío y Toltén, existiendo al sur del último y hasta Chiloé, una zona con clara influencia cultural mapuche.
La denominación mapuche (gente de la tierra) designa a un grupo cultural y étnicamente idéntico, sin embargo esta unidad, responde a un concepto cultural y no político. Aunque las costumbres, lengua y características étnicas se repiten, la organización social se caracteriza por estar constituida por diversos lof (grupos de parientes consanguíneos que vivían agrupados en comunidades que obedecían a un solo Ionko o cacique), independientes entre sí y constituidos por quince a veinte familias aproximadamente, que mantienen particularidades locales. Esta dispersión se explica por la fuerte creencia mapuche en que la muerte no ocurre por motivos naturales, sino que es consecuencia de maleficios procurados por enemigos del difunto. Al ocurrir la muerte, la machi, comunicándose con los espíritus, descubría la identidad del culpable de los maleficios, el que muchas veces cobraba forma de ave o animal, lo que explicaba su inubicabilidad humana. Esto causaba constantes y repetidos enfrentamientos entre los lof, pues rara vez el maleficio provenía de la misma tribu. Estos lof a la vez, se agrupaban en tres zonas geográficas paralelas conocidas como butal-mapu. Estos se extendían vertical e imaginariamente entre el Bío-Bío y el Toltén, ordenándose según la topografía circundante: la zona correspondiente a la Cordillera de los Andes y sus faldeos, inapire- mapu (país subandino); el territorio de los valles intermedios, Ielfun-mapu (país llano); y las tierras comprendidas entre la Cordillera de la Costa y el Océano Pacífico, Iafquen-mapu (país marítimo).
Además de los butal-mapu, los mapuches distinguieron los diversos grupos humanos existentes en el territorio según su ubicación geográfica, llamando a las tribus del norte pikunches (gente del norte) y a las del sur huilliches (gente del sur), denominaciones que diferenciaban a los habitantes de las zonas comprendidas entre Copiapó y el Bío-Bío, y entre el Bío-Bío y Chiloé respectivamente. Estudios antropológicos estiman que, aunque hubo originalmente otros grupos humanos en estas regiones, los mapuches lograron imponer su cultura, esto se comprueba por la unidad lingüística, entre otros aspectos, presente en pehuenches, changos y tehuelches, quienes tienen como lengua madre el mapudungun o a variaciones de la misma.
Paula Carvajal Améstica
Bibliografía:
1 comment:
Curiosa resulta la mención a 'los mapuche como los otros primitivos'. Es una aseveración anacrónica y eurocéntrica,que evidencia una mirada paternalista y discriminadora.
Cristian Rojas
Licenciado en Sociología
Docente de Etnología Contemporánea
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