Despues del velorio, el cortejo funebre se dirigia al cementerio.
Era precedido por dos jinetes, quienes despejaban el camino.
Seguian las mujeres llorando y lamentandose, la última derramada cenizas.
Enterraban al difunto, junto con sus utensilios, armas y alimentos en vasijas o, tambien, en sarcófagos de madera.
Seguian las mujeres llorando y lamentandose, la última derramada cenizas.
Enterraban al difunto, junto con sus utensilios, armas y alimentos en vasijas o, tambien, en sarcófagos de madera.
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