Wednesday, January 30, 2008

Coleccion Mapuche

Num kudi Piedra para molerAncho 39 cm
Sañwe Metawe Jarro Chancho Altura 19,5 cmAncho 24 cmSiglo XX

Paiquel Canasto Altura 30 cm Ancho 23 cm Siglo XX


Vasijas de Ceramica y de metal



Hacha y palo




Trarikan Makun





Caja






Kultrun







Cesta








Utensilios de madera









Trarikan Maküñ Manta Cacique1,88 X 1,58 Siglo XX










Plateria





El desarrollo de la metalurgia en la cultura mapuche, se remonta según los vestigios arqueológicos, al periodo Neoaraucano comprendido entre 1550 y 1750. Momento histórico particular expresado en más de dos siglos de resistencia y autonomía, alcanzado por el Parlamento de Negrete en 1726, "que consolidó una economía preagraria y premercantil, que permitió a los Mapuches, apropiarse no solo de los animales traídos por los Españoles, sino también de la capacidad de adoptar y reacondicionar a su servicio las técnicas e instrumentos y bienes del enemigo". (1)
La apropiación de las técnicas de fundición y laminación por percusión fría o caliente, según la pieza que lo ameritara, fue un oficio masculino retrafe (platero) que se intensificó durante los siglos XVIII y XIX por la introducción del comercio, estableciéndose un proceso de intercambio con la sociedad huinca por medio del conchavo (intercambio) y los pesos fuertes de plata, los que eran fundidos por los retrate para la confección del ajuar femenino, compuesto generalmente por: trarilonko (cintillo), lloven nitrowe (tocado femenino), chaway (zarcillos), traripel (ceñidor de cuello), tupu (alfiler de ropaje), katawe (alfiler de ropaje), kilkai (collar colgante), sükill (colgante pectoral), trapelakucha (colgante Pectoral), entre otras de más reciente uso como el prenteor (colgante pectoral de tres cadenas); así como además de las piezas ecuestres, de indudable influencia hispano morisca, tales como la ispuela (espuela), istipu (estribo), herrajes compuestos por riendas, cabezadas y el freno, denominadas witram plata, kafishatu y ketrel piriña
El dualismo ordenador de la visión cósmica de la cultura mapuche, incide también en la manifestación material de la platería, puesto que ahonda en dos universos distintos: la mujer, soporte del discurso simbólico mapuche, en donde se oculta y resiste la tradición ad mapu, a través de la cosmovisión suscrita tanto en las formas y contenidos dibujados en la platería; y lo masculino encarnado en los aperos de caballo que representan la sumisión de formas y contenidos huincas al linaje dominante mapuche.
La gran densidad simbólica de las joyas usadas por las mujeres mapuches, nos lleva a esbozar algunas interpretaciones en cuanto a sus formas y contenidos, en función de la cosmovisión, puesto que los colgantes pectorales, tanto los Sükill las trapelakucha y el prendedor de tres cadenas, aluden a la división del espacio vertical entre el mundo etéreo superior, wenu mapu, lugar donde residen las potencias benéficas de los espíritus auxiliares y los antepasados, y su articulación con la horizontalidad del mundo físico, mapu, lugar donde conviven los weküfe, espíritus malignos y los ngen, espíritus dueños de la naturaleza silvestre. Para ello, el retrafe ha utilizado una composición común para los colgantes pectorales, que varia en su terminación y que consiste en una placa superior, generalmente romboidal y excepcionalmente en forma de concha o de medio arco (trapelakucha y sükill), o en el caso del prendedor de tres cadenas, compuesto por una forma trapezoidal, pero readecuada a las figuras de las dos aves opuestas por el pico, cuya unión con la placa superior, desciende en placas rectangulares o cuadradas unidas por eslabones planos, que terminan en forma de cruz (trapelakucha), en forma trapezoidal (sükill y prendedor de tres cadenas) o formas elípticas (sükil).
La terminación del pectoral, tanto en cruz como en romboide, nos habla de la división cuatripartita del espacio, a la cual se le ha asignado aspectos positivos y negativos, propios de un "sistema interpretativo integral del universo, cuya base reside en la conjunción de los opuestos que forman parejas de oposiciones"
(2), siendo el centro el lugar que ocupan los mapuches, cuya representación en los sukill, esta dada por medio de un volumen repujado ubicado en el centro, sobre la placa inferior; o por la combinación de este más un volumen con rasgos antropomorfos y en el caso de algunas trapelakucha. con el dibujo de un círculo con un punto en su interior.
La lectura en su conjunto de los colgantes pectorales, por medio de sus formas y contenidos (dibujos incisos, volúmenes repujados y figuras colgantes), nos hablan de la interrelación de los espíritus mapuches protectores y antepasados ubicados en el wenu mapu (cielo), con los mapuches ubicados en el plano del mapu (tierra), cuya representación de los antepasados esta dada por los pájaros contrapuestos del prendedor de tres cadenas, o por las relaciones existentes entre los espíritus protectores ngen (espíritus dueños de la naturaleza silvestre), con carácter fitomorfo, que descienden de las placas superiores de los sükill, hasta el centro de la placa elíptica donde habitan los mapuches, creándose así la representación del tránsito permanente entre el cielo y la tierra.






Bibliografía :
Bengoa, José. "Historia del Pueblo Mapuche". Santiago-Chile. Ediciones Sur, 1985.
Dillehay, Tom. "Araucanía, presente pasado", Santiago-Chile, Editorial Andrés Bello, 1993.
Foerster, Rolf. "Introducción a la Religiosidad Mapuche". Colección Imágen de Chile, 2º edición, Santiago-Chile. Editorial universitaria. 1995.
Grebe, María Ester. "El Subsistema de los Ngen en la Religiosidad Mapuche.", Revista de Antropología. Santiago-Chile, s.f.
Montecino, Sonia. "Sol Viejo, Sol Vieja." Santiago-Chile, Editorial Universidad de Chile - Facultad de Ciencias Sociales. 1996.
Morris von Bennewits, Raúl, " Los Plateros de la Frontera y la Platería Araucana", 1º edición, Temuco-Chile. Ediciones universidad de la Frontera. 1997.


Carla Miranda Vasconcello

Objetos


El mapuche interactúa con los objetos que produce en una permanente proximidad, en torno a las tareas que aseguran el mantenimiento o la renovación de la vida (1). Su actitud y accionar responde, en este sentido, al íntimo vínculo con la naturaleza. En un universo sin distancia -que no se nos arroja ante nuestros sentidos como el mundo articulado por occidente, el que se nos entrega desde la llegada de los españoles a la que denominarán América y del que son reflejos los objetos ejecutados por dicha civilización-, el hombre de la tierra realiza su vida en primer término aplicando el conocimiento y el trabajo. Avido observador distingue claramente los ciclos propios de las estaciones del año, leyendo los signos que permiten el adecuado crecimiento de las plantas y animales que le proveerán para su subsistencia; pudiendo controlar las fuerzas naturales mediante un esfuerzo físico y mental que se expresa por medio de un trabajo guiado por sus conocimientos y mediante su reflexión, como asimismo atendiendo al legado de sus antepasados y de su comunidad. Sin embargo, ha aprendido que a despecho de toda previsión y mucho más allá de sus esfuerzos hay agentes y fuerzas que pueden un año, conceder beneficios de fertilidad sin que hayan sido conquistados por la fatiga, según su fe se consigna que ha sido gracias a los designios de dioses, como Ngnechen dueño de la creación, quien puede procurar que todo marche mejor y más fácilmente, provocando que aparezcan en el momento justo el sol, la lluvia, etc., pero otros años los mismos agentes traen mala suerte y desventura, los persiguen desde el principio hasta el fin y obstaculizan sus esfuerzos más denodados y sus conocimientos mejor fundados. Para aplacar esas influencias, como las de los weküfe, demonios que enferman a las personas, lleva a cabo procesos rituales.
En todas estas operaciones con las que busca vincularse y controlar el mundo, los objetos que produce como extensiones de su sistema de creencias, emergen evidenciando una supremacía de lo táctil sobre lo visual, cuestión que puede distinguirse en los elementos que componen la misma ruka, casa, por la propia estructura de ésta
(2), y en los enseres y útiles que ella cobija, tal cual lo vemos en los tranatrapihue o morteros para el ají, siendo los de piedra "macizos, de contornos muy variables y de forma generalmente tosca, labrados en bloques que se asientan naturalmente sobre una base firme y presentan una cara superior adecuada para ser excavada por presión y frotamiento prolongado" (3), en el ñillawaca, recipiente de ubre de vaca, en el witrü, cuchara de madera, o en el kullkull, instrumento de viento fabricado con un cuerno de vacuno que lleva un corte en el extremo como embocadura y que es utilizado para hacer llamados, siendo su uso de carácter social. Preeminencia de lo táctil que igualmente se confirma en instrumentos utilizados en juegos como el palin o de la chueca, al elemento empleado en este juego se le llama weño, siendo un palo encorvado en su extremidad más gruesa con el cual golpean una pequeña pelota; o en celebraciones como el machitun, ceremonia de sanación, diagnóstico yo tratamiento de un enfermo, o en el nguillatun, rogativa comunitaria solemne que se realiza cada cierto tiempo, puede ser dos, cuatro o seis años, en ésta presenciamos el rewe, tronco descortezado del árbol de laurel (Laurelia sempervirens), maqui (Aristotelia chilensis) o canelo (Drimys winteri chilensis) -su árbol sagrado-, el que labrado con peldaños se entierra, sobre monedas de plata, como especie de símbolo representativo de una comunidad o sector, propiciándose desde su sólida estructura una comunión con las fuerzas benéficas,
Abundante o escasa la materia utilizada para tales objetos, que surgen mediante diestras operaciones técnicas imbuidas de un gesto manual ejecutado por medios más bien rudimentarios
(4), es moldeada a través de una pulsión que se traspone visualmente en huellas inmediatamente palpables en la sola contemplación de la cosa, como ocurre en la alfarería donde de la greda mezclada originalmente con polvo obtenido de la piedra llamada Öcu, vemos aparecer los metawe, cántaros o jarros para contener liquido, el ketru metawe, jarro pato utilizado con fines rituales (5), las challa u ollas, etc., o como vemos en los textiles, donde de la lana de oveja, hilada previamente con mucho cuidado y hasta hace unas décadas teñidas íntegramente con hierbas, como el relvún (Galium chilense), cuyo resultante era el color rojo, o el espino michay (Berberis linearifolia) que tiñe de amarillo, aparecen las mantas, chamales, frazadas, fajas para la cabeza (trarilonko) y para la cintura (trariwe), las que reflejan en los rastros de "imperfecciones" patentes en ellas, señas expresivas de vida, la del productor, que aún cuando reitera formas tradicionales (6) las marca con su impronta. Así las cosas (chemkdn), en cada caso se nos entregan en una profundidad que las hace aparecer como un abultamiento, promovido por un gesto que capta la fuerza de la materia, respondiéndole ésta en un ritmo acompasado. La mano hacedora -de la cual brotan en cestería el llepu, recipiente hecho de fibra de voqui (Lardizabala biternata) que sirve para estilar y servir cereales, como también el chünüwe,(7) cedazo de madera y cuero agujereado, o el sukill, colgante pectoral de plata-, aquí no es un instrumento, es más bien la extremidad por donde se prolonga la fuerza de la naturaleza, y que provoca el desbordamiento de la materia en un gesto que se nutre de los latidos profundos del cuerpo. Dándose que gesto y materia son en el objeto que encarna su unión, exactos contemporáneos, densidad que la estructura plástica del objeto confirma, y en el que las piezas múltiples que lo componen no exhiben una demarcación de sus articulaciones, tal cual acaece en el kultrung (8), instrumento de percusión consistente en una vasija de madera cubierta de cuero (de chivo, oveja o caballo), que cumple diversas funciones sociales. La más importante es servir a la machi, persona elegida por un espíritu superior para asumir en ceremonias de médico, tanto en lo físico como en lo psíquico y social.
Así, en todos los objetos, su construcción parece más vegetal que vertebrada, cada parte se abre hacia su vecina, entregándose como continuidad del entorno-ambiente al que pertenecen, en un compás donde ellos no se abstraen del mundo que lo rodea, sino que son su eco. Permaneciendo próximos al hombre, sin mostrarse frágiles ni sólidos.


Referencias Bibliográficas Consultadas:
A.A.V.V., Al cuidado de: Martino, Ernesto, Magia y Civilta, 1º; edición. Milán-Italia, Editado por Garzanti, s.f.
Bachelard, Gastón, La Poética del Espacio, 2º reimpresion argentina, Buenos Aires-Argentina, Editorial Fondo de Cultura Económica, 1991.
Coña, Pascual, Memorias de Un Cacique Mapuche. 2º edición, Santiago- Chile, Editorial dra-Instituto de Investigación en Reforma Agraria, abril de 1973.
Dillehay, Tom D.; Gordon, Américo, "El Simbolismo en el Ornitomorfismo Mapuche. La Mujer Casada y el Ketru Metawe, en: Actas del VII Congreso de Arqueología, Santiago-Chile, Editorial Kultrung, 1977.
Hernández S. Arturo; Ramos P., Nelly; Cárcamo Luna, Carlos, Diccionario Ilustrado, mapudungun, español, inglés, 1ª edición, Santiago-Chile, Editorial Pehuen, agosto de 1997.
Joseph, H. Claude, La Vivienda Araucana, 1º edición, Santiago-Chile. Ediciones Universidad de Chile, s.f.
Moles, Abraham y otros, Los Objetos ("Colección Comunicaciones"), Buenos Aires-Argentina, EditoriaI Tiempo Contemporáneo SA., 1971.
Lynda E Avendaño SantanaTeresa Canto Urra

Habitat


Chile se caracteriza por poseer una gran diversidad geográfica y climática a lo largo del territorio. Es necesario conocer esta característica al momento de estudiar los distintos grupos aborígenes que habitaron en el país. Esta diversidad, favoreció el desarrollo de grupos humanos cuya supervivencia se aseguró en el grado de adaptabilidad alcanzada en el paisaje y el clima. Sin embargo, los de mayor desarrollo cultural fueron aquellos que recibieron directa influencia incaica (norte de Chile) y los que se establecieron en sociedades sustentadas en la agricultura y la ganadería, actividad fomentada por los fértiles valles centrales. A esta realidad responde la cultura mapuche.
Se sabe que antes de la ocupación europea, la población mapuche se extendía entre la actual ciudad de Copiapó y el archipiélago de ChiIoé; sin embargo, a la llegada de los españoles, la población se concentra principalmente entre los ríos Bío-Bío y Toltén, existiendo al sur del último y hasta Chiloé, una zona con clara influencia cultural mapuche.
La denominación mapuche (gente de la tierra) designa a un grupo cultural y étnicamente idéntico, sin embargo esta unidad, responde a un concepto cultural y no político. Aunque las costumbres, lengua y características étnicas se repiten, la organización social se caracteriza por estar constituida por diversos lof (grupos de parientes consanguíneos que vivían agrupados en comunidades que obedecían a un solo Ionko o cacique), independientes entre sí y constituidos por quince a veinte familias aproximadamente, que mantienen particularidades locales. Esta dispersión se explica por la fuerte creencia mapuche en que la muerte no ocurre por motivos naturales, sino que es consecuencia de maleficios procurados por enemigos del difunto. Al ocurrir la muerte, la machi, comunicándose con los espíritus, descubría la identidad del culpable de los maleficios, el que muchas veces cobraba forma de ave o animal, lo que explicaba su inubicabilidad humana. Esto causaba constantes y repetidos enfrentamientos entre los lof, pues rara vez el maleficio provenía de la misma tribu. Estos lof a la vez, se agrupaban en tres zonas geográficas paralelas conocidas como butal-mapu. Estos se extendían vertical e imaginariamente entre el Bío-Bío y el Toltén, ordenándose según la topografía circundante: la zona correspondiente a la Cordillera de los Andes y sus faldeos, inapire- mapu (país subandino); el territorio de los valles intermedios, Ielfun-mapu (país llano); y las tierras comprendidas entre la Cordillera de la Costa y el Océano Pacífico, Iafquen-mapu (país marítimo).
Además de los butal-mapu, los mapuches distinguieron los diversos grupos humanos existentes en el territorio según su ubicación geográfica, llamando a las tribus del norte pikunches (gente del norte) y a las del sur huilliches (gente del sur), denominaciones que diferenciaban a los habitantes de las zonas comprendidas entre Copiapó y el Bío-Bío, y entre el Bío-Bío y Chiloé respectivamente. Estudios antropológicos estiman que, aunque hubo originalmente otros grupos humanos en estas regiones, los mapuches lograron imponer su cultura, esto se comprueba por la unidad lingüística, entre otros aspectos, presente en pehuenches, changos y tehuelches, quienes tienen como lengua madre el mapudungun o a variaciones de la misma.
Paula Carvajal Améstica
Bibliografía:

Tuesday, January 29, 2008

Las Joyas Mapuche



Los araucanos, que tanto se han señalado en el arte de la guerra y cuyo valor y hazañas militares no han sido superadas por pueblo alguno, han manifestado también sus aptitudes sorprendentes, en el cultivo de las artes manuales, decorativas e industriales, y especialmente en la fabricación de adornos y objetos de plata y confección de hermosos tejidos. Los ricos adornos que ostentan los mapuches en los días de fiesta y en sus idas a la ciudad vecina causan la admiración de los viajeros que recorren las ciudades del sur y las reducciones de Araucanía, y atraen siempre la mirada de los mismos indígenas. Los araucanos, como todos los primitivos tienen gran afición por los adornos brillantes y los colores vistosos. Antes de la conquista adornaban sus melenas con plumas de choroyes, de loicas, de carpinteros y otras aves, y fabricaban collares de piedrecitas y conchas de diversos colores. Aprendieron de los españoles el arte de trabajar los metales y se hicieron pronto hábiles en esta clase de trabajos. Trataron con mucha consideración a los prisioneros de guerra que ejercían la profesión de herreros por las ventajas que sacaban ellos en la confección de hachas, espadas, puntas de lanzas, martillos, clavos y otros objetos. Ellos mismos, empleados en los duros trabajos de las minas, manejaron herramientas de metal y conocieron su superioridad sobre la piedra y la madera.



LOS "LLOVEN"

Los mapuches llevaban antiguamente en la frente y enroscadas alrededor de los cabellos largas cintas de género o de cuero enteramente cubiertas de cupulitas de plata. A uno y otro lado de la cabeza pendían las extremidades de la faja plateada que se delataba en roseta a la altura de las orejas; enseguida colgaban frente a las mejillas varios tubos o cadenillas de plata terminados por campanillas cónicas

Para un «lloven» ordinario necesitan cerca de mil cupulitas. Las disponen en líneas sobre un cuero delgado o un trozo de género; les hacen un agujero de cada lado de la base y las fijan con un hilo resistente contra la faja. La costura, invisible por el lado superior, requiere una gran habilidad de parte del platero. El hilo atraviesa el cuero, penetra debajo de la cúpula, pasa por el agujero de la base hacia la cúpula vecina y penetra en ella por un agujero basal.
El hilo, vuelve a atravesar el cuero de sostén, permanece debajo en un espacio algo menor que el diámetro de la cúpula y penetra otra vez en ella a través del cuero; sale por la pared contigua a la cúpula siguiente, en la cual entra por la abertura basal situada enfrente de la de salida de la cúpula anterior. El hilo sigue el mismo trayecto para cada cúpula y la fija sólidamente a la faja de sostén.

LOS TRARILONCOS

Los trariloncos (de trari = atar y lonco = cabeza) son adornos muy antiguos con que los araucanos ciñen su cabezas a la altura de la frente. Los primitivos eran coronas tejidas con fibras vegetales entrelazadas con hojas, flores y plumas de hermosos colores. Actualmente, los trarilonco son cadenas planas de plata, de las cuales penden discos del mismo metal
son adornos muy antiguos con que los araucanos unen sus cabezas a la altura de la frente ... Algunos son llamados medallas por los mapuches, sin duda por la semejanza que tienen las medallas con los discos de plata, o por haber sido fabricado antiguamente ciertos trariloncos con las medallas que recibían de los misioneros"





Estas cadenas con sus discos colgantes miden de 60 a 70 centímetros de largo y pesan aproximadamente 300 gramos. Existe una gran variedad de estos adornos. Algunos son llamados medallas por los mapuches, sin duda por la semejanza que tienen las medallas con los discos de plata o por haber fabricado antiguamente ciertos trariloncos con las medallas que recibían de los misioneros. Los modernos tienen muchas veces monedas de veinte centavos colgadas a un pequeño anillo o agujereadas, en lugar de los discos antiguos. El número de discos o de monedas colgantes varía mucho en los trariloncos: los más sencillos tienen 20; los más ricos hasta 50; son comunes los de 24, 30, 36 y 40.


Las cadenas compuestas de dos clases de eslabones, son generalmente bien trabajadas. En todas aparecen aplicados el principio de repetición y alternación. No se debe buscar en ellas la abundancia ni la perfección de los detalles, sino la belleza y la originalidad de las formas. Los eslabones de orden par y los de orden impar son bien diferentes. Los impares, grandes y macizos de formas siempre elegantes constituyen uno de los elementos más decorativos del trarilonco. Los pares, siempre más sencillos, son anillos delgados y aplanados que tienen sólo un papel de unión; permanecen generalmente cerrados por una sutura. Los eslabones decorativos, los de unión y los discos colgantes son fabricados en series por los plateros y enlazados después.
Fragmentos de diferentes trariloncos dibujados en tamaño natural permiten formarse una idea más exacta de la estructura de sus elementos. Las placas decorativas, de formas rectangulares u ovaladas, de parte central maciza o vacía, tienen siempre una o dos aberturas para colgar los discos. Los eslabones de forma ovalada son parecidos, a veces, a una cifra de ocho prolongada y extendida, de contornos redondeados en ambas extremidades y almenadas en la región media




Los «Chahuay»
Los «chahuay» o zarcillos son adornos de plata que las araucanas llevan pendientes del lóbulo inferior de las orejas. Los más comunes son discoidales; los demás, campanuliformes, son conocidos con el nombre de «upul». Unos y otros son notables tanto por sus decoraciones como por su peso y sus grandes dimensiones. Algunos discoidales son compuestos y llevan varios pendientes menores; los «upul» se componen de una sola pieza. Los plateros fabrican los «chahuay», laminando la plata con el martillo o fundiéndola y vaciándola en moldes. Recortan las láminas con tijeras o cinceles para conseguir discos de contornos muy regulares:
Les hacen algunas aberturas centrales, guardando el debido paralelismo con los bordes y emparejan con limas las partes recortadas. Practican una abertura circular mayor en la región superior del «chahuay» para aislar un filamento de plata destinado a penetrar en la oreja.






Los «Siquel» y «Trapelacucha»
Los «siquel» (de chicull=cosquillas) y «trapelacucha» (de thapel=sarta y de acucha=aguja) son anchas cadenas de plata que las araucanas llevan en forma pectoral pendientes del «tupu» y del punzón. Los «siquel» se diferencias de los «trapelacucha» por su ancho dos
o tres veces mayor. Ambos son adornos de grandes dimensiones y de singular belleza. Su largo varía entre 30 y 35 centímetros y su ancho entre 3 y 10. Su peso alcanza hasta 500 gramos. La forma de las placas y de los eslabones de enlace, las decoraciones en relieve y las superficiales, los discos y flores colgantes, son de una gran variedad. En todos, la forma general es elegante, aún cuando las decoraciones superficiales sean descuidadas. En ellos aparecen aplicados con mucho arte los principios de repetición, de alternación y de simetría,



LOS TRARIPEL

(de trari=atar y pilco=cuello)

son collares de diferentes formas usados por las araucanas. Tienen un origen muy antiguo, según los datos recogidos de los viejos mapuches. Los primitivos, llamados «llancatos», se componían de varios filamentos en los cuales ensartaban piedrecitas verdes y azules consideradas preciosas por los indígenas.
Estos adornos parecen tener, lo mismo que la palabra llancato con que se los designa, un origen quichua. Las piedras de color fueron sustituidas con el tiempo por pequeñas cuentas de plata de forma prismática, atravesadas por un cordón de sostén.
El «llancato» tiene seis y más filamentos de longitud desigual, enteramente envueltos por las cuentas y reunidos por sus extremos. Colocado alrededor del cuello, los filamentos caen flojamente a distinta altura sobre el pecho y describen arcos plateados.



Punzones y «Tupu»
Los punzones son alfileres muy largos y de cabeza esférica con que las araucanas abrochan sus chamales. Los «tupu» son también alfileres de grandes dimensiones usados para los mismos fines que los punzones de los cuales difieren por una lámina circular como cabeza en lugar de esfera. Los «tupu» son más comunes actualmente que los punzones. Unos y Otros tienen un origen extranjero. Los indios de Bolivia usaban el «tupu» antes de los araucanos. Los punzones tan parecidos entre sí, son de dimensiones muy variadas; los más chicos tienen apenas diez centímetros de largo, con una esfera de grueso proporcionado, mientras que los más grandes alcanzan hasta 60 centímetros de largo con una esfera Los tupus son alfileres de dimensiones grandes que igual que los punzones sirven para prender el chamal pero se diferencian de este ultimo que en vez de una cabeza.esférica poseen una lámina circular.
de diez centímetros de diámetro La parte puntiaguda, dilatada cerca de la esfera, se prolonga hacia abajo en forma prismática; encima de la esfera aparece otra parte saliente torneada, terminada por una abertura de la cual pende una cruz.
Alfileres largos de cabeza esférica con que las mapuches abrochan sus chamales.




POLIQUI

Adorno femenino para la cabeza que se lleva en la frente y enroscada alrededor de los cabellos. A la altura de las orejas se amplía en forma de rosa y, más abajo, cuelgan varios tubos o cadenillas de plata.











Las Peleas



Todos los grupos humanos tienen conflictos de vez en cuando.

Aqui un par de vecinas se agarran del pelo a ver quien se rinde primero.

Las Machis


Las machis eran las médicas o curanderas entre los mapuches. Comúnmente ejercían este oficio las mujeres.

La machi en esta ceremonia aparece como una auxiliar del oficiante y entre los sones de su kultrung canta:
"Te rogamos que llueva para que produzcan las siembras, para que tengamos animales.
"Que llueve" diga usted Hombre Grande cabeza de Oro y usted. Mujer Grande rogamos a las dos grandes y antiguas personas."

El machitun, es un rito de sanación que fue descrito ya en el siglo XVI por Pineda y Bascuñan en su obra El Cautiverio Feliz. Es una ceremonia propiamente de la machi y que consta fundamentalmente de tres partes:
El diagnóstico de la enfermedad.su expulsión.
Una revelación sobrenatural sobre esta sanación.
En ella la machi realiza exámenes relativos a ciertos síntomas, evidencias del enfermo o por signos misteriosos que observaron éste o sus parientes; se supone que también podría haber sido contagiado un animal que se examina. También se hace el diagnóstico por revelación del más allá.
En la totalidad de este contexto, son importante los instrumentos utilizados por la machi. En esta como en otras ceremonias, utiliza el kultrung y hace uso del rewe, subiéndose a él y explicitando el viaje de su alma a la tierra de arriba

Alimentacion


Los mapuches vivían fundamentalmente del cultivo del maíz y de la papa, de los frutos silvestres, de la carne de guanaco y de la pesca. Cazaban animales mediante las boleadoras y la flecha y los pájaros por medio de trampas.
Pescaban con anzuelos de madera y de hueso y para ello se internaban en los ríos o en los lagos en pequeñas canoas. Con el maíz y las frutas preparaban bebidas alcohólicas. Los alimentos eran medios sancochados en ollas o fuentes de greda llenas de agua. El fuego lo producían por la frotación de dos palos, lo que originaba chispas que encendían un manojo de hierbas secas.Los piñones, las semillas de la Araucaria, forman parte, hasta el día de hoy, de la alimentación de los mapuches.

Viviendas


En el centro de los bosques y a la orilla de los arroyos, los mapuches construían sus sencillas habitaciones. Estas eran las rucas, verdaderos ranchos de techo de paja o de totora sostenidos por unos cuantos horcones enterrados en el suelo y unidos en su parte superior por otros palos colocados horizontalmente. Podía ser redonda o rectangular, contaba con varias entradas y, en su interior, estaba separada en diferentes piezas. No tenía ventanas.
En su centro se encontraba el fogón, donde se hacía el fuego para cocinar y calentarse en los días de invierno.

Vestuario


El guanaco proporcionaba a los mapuches la lana con la que confeccionaban sus ropas, aunque sus tejidos parecen haber sido de un solo color y sin adornos de figuras.Hombres y mujeres vestían el chamal, especie de camisa larga que se ataba a la cintura. También se cubrían con pieles de zorros, de guanacos y de pumas, y se ornamentaban con collares de plumas y caracoles o de piedrecitas de colores. El uso del poncho es posterior, ya que fue introducido entre los mapuches por los indios peruanos que acompañaban a los españoles.
Las mujeres llevaban trenzas y los hombres, el pelo corto o amarrado en una cola. Usaban collares y otros adornos de plumas y de una piedra llamada malaquita

Mapuche


El pueblo Mapuche pertenece a la familia lingüística araucana, cuyos habitantes actualmente viven en Chile y Argentina. Su origen mítico se sitúa en la lucha entre las serpientes Kai Kai y Ten Ten, pelea que derivó en un diluvio que duró 'más de tres meses' y que les obligó a refugiarse en un cerro cerca del río Biobío a partir del cual poblaron la Tierra. Véase Araucano.
Su origen arqueológico-migratorio está aún por establecerse; sus vestigios más antiguos datan del 500 a.C. y no está demostrado si provienen del centro de Sudamérica, del Chaco y de las Pampas o de algún otro lugar. En 1546 se produce en Quilacura la primera batalla contra los conquistadores españoles. Antes de su llegada los mapuches eran un millón de personas. En 1859, se produce un alzamiento general que origina la definitiva campaña del coronel argentino Cornelio Saavedra contra este pueblo (1860-1883). El territorio mapuche es desmembrado y la propiedad de la tierra pasa al Estado, quien entre 1884 y 1919 distribuye 475.000 ha en 3.000 'títulos de merced' a unos 78.000 mapuches: tal es la base de la actual situación.
Se calcula que hoy viven unos 900.000 en Chile y 150.000 en Argentina

Agricultura mapuche


Los ambientes en los que se desenvolvió la cultura mapuche en Chile, permitieron el desarrollo de una agricultura en pequeña escala con cultivos de maíz, papa, quinoa, y ají entre otros.


La base de la economía mapuche era la agricultura que, según las áreas geográficas en que se ubicaban los grupos, era practicada de diferentes formas: entre los ríos La Ligua y Cachapoal, dependían de la irrigación artificial; al sur del Cachapoal y hasta el río Biobío, de la de secano, y al sur del Biobío, de la agricultura de roza.
Los ambientes en los que se desenvolvió la cultura Mapuche en Chile, permitieron el desarrollo de una agricultura en pequeña escala con cultivos de maíz, papa, quinoa, y ají entre otros.
Los instrumentos agrícolas -de muy poca elaboración- eran un palo aguzado que se utilizaba para abrir agujeros e introducir las semillas; una piedra atada a un mango para romper los terrones, y una horqueta hecha de madera para arar la tierra.
Cazaban guanacos, huemules y roedores, y de la costa lograban extraer pescados y mariscos. Poseían, además, rebaños de ovejas, pero ellas rara vez eran sacrificadas, pues se reservaban como moneda de cambio para comprar a las novias y también para obtener lana

Pérdida recompensada


Como la mujer era una importante figura en la actividad económica de la tribu, cuando una de ellas llegaba a casarse, el padre debía ser recompensado por la pérdida. Así, el precio se arreglaba entre el novio y su futuro suegro, después de lo cual los parientes del novio raptaban a la novia, simulaban un combate y finalmente todo acababa en una gran fiesta.

Ceremonias rituales: Machitún y Nguillatún


La base de los ritos mapuches era la rogativa o petición. La ceremonia del nguillatún tenía por objeto pedir al Pillán y al totem que beneficiaran al pueblo con lluvias, cosechas abundantes, el aumento del ganado y otros favores.
La ceremonia del machitún se efectuaba para sanar a algún mapuche enfermo. Para ello intervenía un curandero llamado machi, al que se le atribuía poderes sobrenaturales que le permitían comunicarse con los espíritus. En el rito, el machi colocaba hojas de canelo -considerado como el árbol sagrado mapuche- y las encendía mientras realizaba cantos y danzas alrededor del paciente al son del kultrún, un tambor utilizado para invocar la ayuda de los pillanes bienhechores. Así, cuando la ruca se llenaba de humo, el machi, usando sus conocimientos de hipnotismo, creaba un fenómeno de alucinación colectiva, y fingía clavar un cuchillo en el enfermo. Después "urgaba" en el interior del mismo y les mostraba a los parientes la causa del mal, representada en lagartijas o insectos.
Finalmente, recetaba hierbas medicinales, como boldo, bailahuén, maitén, quillay y arrayán, entre otras.
Un elemento importante en el machitún era el rehue, un poste tallado donde el machi imploraba la ayuda de los espíritus. La trutruka, instrumento musical mapuche, era usado desde épocas precolombinas en todas las ceremonias importantes, entre ellas, el nguillatún.

La vida familiar de los Mapuches


Las familias Mapuche habitaban en una vivienda denominada ruka, fabricada con postes de madera y tapizada de paja o totora.

El pueblo mapuche se identificaba fuertemente con la naturaleza. Por lo mismo, desde que el niño era pequeño, padre y madre lo llevaban a diferentes lugares. La madre era la encargada de la alimentación, vestimenta y limpieza de sus hijos, así como también de preservar la cultura.
El padre enseñaba a sus hijos las diferentes tareas relacionadas con el campo, como acompañarlo a buscar las ovejas, sacar el cuero de los animales, cortar leña, hacer pan o buscar agua.
Admitían la poligamía, por lo que era habitual que los hombres tuvieran cuatro o cinco mujeres. A mayor cantidad de mujeres, mayor cantidad de bienes, pues ellas tejían mantas, cultivaban y cuidaban a los animales.
Las familias mapuche habitaban en una vivienda denominada ruka, fabricada con postes de madera y tapizada de paja o totora. La ruka no tenía ventanas, y en el centro se colocaba la fogata, que ardía permanentemente, evacuándose el humo a través de un agujero ubicado en el techo.La ruka mapuche era de grandes dimensiones, con superficies que variaban entre los 120 y 240 metros cuadrados.

La creación según los Mapuches


El pueblo mapuche explica el origen del mundo a partir de la creencia en un gran cataclismo generado por la furia de dos grandes serpientes que se enfrentaron, Kai-Kai y Treng-Treng. Kai-kai empezó a subir las aguas de los mares y Treng-treng comenzó a levantar los cerros para que los mapuches se protegieran. Mientras Kai-Kai más subía las aguas, Treng-Treng más levantaba los cerros. De ese modo, muchos mapuches se ahogaron y, a medida que ocurría esto, Treng- Treng los convertía en peces o en piedras, para que vivieran de otra forma. Después de esto, cesó la lucha, Kai- Kai abandonó el combate y se hundió en el mar. De esta manera surgieron los diferentes elementos de la tierra, que fueron vistos como los linajes de las piedras, de los peces y de las aves, entre otros.

La religión mapuche


La visión religiosa del pueblo mapuche era politeísta, es decir creían en varios espíritus y dioses. Su ser todopoderoso era el Pillán o Neguechén.

La visión religiosa del pueblo mapuche se basaba en la existencia de un mundo poblado de espíritus y dioses. Sin embargo, este politeísmo se resumía bajo la existencia de un ser todopoderoso, creador de todas las especies vivas, llamado Pillán o Neguechén, quien habitaba en las alturas celestiales y tenía la facultad de conceder la vida y la muerte. A esta deidad se asociaban manifestaciones de la naturaleza, como los truenos, el fuego, las erupciones volcánicas y los sismos.
Asimismo, practicaban el culto a los tótemes, entre los que se puede mencionar el cielo (huenu), el sol (antü), el mar (lavquen), el río (lenfu), la piedra (cura) y el agua (co). Cada tribu invocaba a su totem respectivo, cuyo nombre era utilizado en los apellidos y del cual descendía de acuerdo a la alianza entre el Pillán y el tótem.
Cuando fallecía un mapuche, su cadáver era ahumado, para conservarlo y velarlo durante varios días. El pesar provocado por la muerte era demostrado con gran dolor, y cuando el nombre del difunto ya no era pronunciado, se lo enterraba vestido con sus mejores ropas y provisto de alimentos, chicha, adornos y armas. Luego de cubrir el cuerpo con tierra, los familiares consultaban al adivino o dunguve, para identificar quién era el responsable de la muerte y así cobrar venganza. Si no eran compensados satisfactoriamente, atacaban al presunto culpable con el fin de matarlo.

Distribución de los Mapuches


El mas numeroso de los pueblos aborigenes de Chile, los Mapuche posee un division geografica realizada en base al tipo de actividad que practicaban.

Grupos Mapuche con agricultura de irrigacion artificial, con agricultura de decano, con agricultura de roza, canoeros , y con agricultura de secano costero, pescadores y mariscadores.


Los mapuches de Cachapoal eran agricultores de irrigacion artificial.

Los Mapuches de Maule y BioBio agricultores de secano

Al sur de Bio Bio eran con agricultura de roza

Los de los lagos del sur eran Canoeros

Y los de la costa pescadores, y mariscadores.

Kultrún


Para la confeccion de la caja de resonancia del "Kultrun", se utiliza tradicionalmente la madera del canelo o del laurel, arboles sagrados para el pueblo Mapuche.

El parche puede ser de cuero de potro, oveja o guanaco.

Segun la cultura Mapuche, la "Machi" mete su canto en este instrumento cantando hacia el interior de la caja, antes de tensar el parche, para dejar parte de su alma en el.

Sobre el parche se dibujan diferentes simbolos que representan el universo Mapuche.

En caso de conflictos


En situaciones de conflicto como, por ejemplo, una guerra, se designaba otro jefe para que los dirigiera, denominado toqui, el que perdía autoridad cuando finalizaba la disputa. Su insignia de mando era la clava, una especie de palo con empuñadura cuyo extremo opuesto representaba la cabeza de un pájaro.
Respecto de los territorios ocupados, los mapuches generalmente elegían para vivir las orillas de los ríos. Sin embargo, luego de la penetración española subdividieron sus territorios en distritos, repartidos en la costa, el valle central y la precordillera, a los que llamaron vutalmapu. A su vez varios vutalmapu conformaban los aillarehue o uniones de tribus.
Los grupos familiares vivían dispersos y separados por considerables distancias que les impedían constituir aldeas o pueblos.

De donde vinieron


Los mapuches o gente de la tierra (de mapu = tierra y che = gente) ocuparon Chile entre los ríos Itata por el norte y Toltén por el sur, mezclándose con los picunches y los huilliches.Los mapuches provenían de la región argentina de Neuquén, y cuando llegaron a nuestro país, cambiaron sus hábitos nómades por el sedentarismo. En el siglo XVI ellos conformaban el conglomerado poblacional más grande de Chile, con más de un millón de habitantes.
Organización socio-política de los mapuches
Los mapuches se organizaban en una estructura denominada sociedad segmentada, que indicaba un conjunto de grupos congregados por el parentesco y el territorio, los que a pesar de compartir costumbres comunes no poseían una unidad política.
El núcleo de esta estructura social llamada tribu era el linaje, integrado por familias que descendían de un antepasado común denominado Pillán. El jefe civil de este linaje era el lonko, un hombre anciano que dirigía el grupo familiar. Sin embargo, el lonko no tenía poder para mandar ni hacerse obedecer; su labor consistía únicamente en aconsejar y solucionar los problemas que surgieran entre los parientes.
El linaje implicaba la posesión de un territorio propio, el que era delimitado claramente y resguardado de la intromisión de cualquier mapuche vecino. En él se ubicaban las familias extendidas, formadas por el padre, la o las madres, los hijos varones casados, sus esposas y vástagos. Una familia de este tipo podía ocupar de siete a ocho rucas. Los linajes emparentados entre sí formaban una agrupación mayor, que era dirigida por el cacique o curaca, quien presidía las ceremonias religiosas y actuaba como juez cuando ocurrían desacuerdos entre miembros del linaje.

Las primeras tribus


Serías capaz de imaginarte sin ropa para abrigarte, sin un supermercado cerca donde comprar tus alimentos, o sin utensilios para comer? Pues bien, imagínate ahora a los primitivos aborígenes haciendo uso de su creatividad para obtener día a día sus alimentos, cocinando en un fogón, y fabricando rudimentarias herramientas para poder realizar tareas tan simples para nosotros, como cortar. Eso es lo que tuvieron que hacer nuestros antepasados para poder subsistir.
Existe la teoría de que las primeras tribus que llegaron a América, lo habrían hecho provenientes de Asia a través del Estrecho de Bering, un angosto paso que separaba ambos continentes. Así, luego de que arribaran sucesivas oleadas de inmigrantes asiáticos, se admite también la llegada por mar de grupos polinésicos y melanésicos procedentes de las Islas del Pacífico Central y Sur. Una vez que estos grupos se contactaron con el medio americano, fueron desarrollando civilizaciones propias que lograron altos niveles de desarrollo en Centroamérica y América del Sur (Perú).Los primeros habitantes de Chile ingresaron al territorio por las mesetas altoandinas del extremo norte y por los pasos cordilleranos en la zona centro y sur, hace aproximadamente catorce mil años. Entre ellos es posible distinguir aquellos pueblos primitivos o recolectores, y los que logran una mayor jerarquía cultural aunque sin alcanzar una organización político-social elevada.
Al igual que sus ancestros, ellos subsistieron también gracias a la caza de grandes animales como mastodontes, perezosos gigantes y algunos ejemplares extintos como el caballo americano.

Plateria Mapuche


YIGUE
Vasos en los cuales los caciques se servían el "muday", bebida fermentada que los mapuches preparan del maíz.




QUITRA O PIPA
Cachimba de plata.

"Valiosa pieza de una gran originalidad"


APEROS DE CABALGADURA DE UN CACIQUE MAPUCHE
Quetrel piriña= Fierro. Capezatu = Cabeza. Huitruntucue = Riendas. Trepuhue=Huasca.
Trahual istipu= Accioneras.



ISPUELA
Espuelas.



PAYUNTE
Pinzas que usaban los mapuches para depilarse los bigotes y las cejas.Pieza única.


CHARO ISTIPU
Estribos que al invertirse sirven para beber por tener forma de copa.